Se denomina vivienda social al modelo de inversión que implica la compra parcial de un inmueble.
Es un modo de la comunidad de enfrentar las crisis inmobiliarias que se han dado en el tiempo por diferentes razones.
En un principio, compromete a los participantes a garantizar su participación, lo que implica una solvencia a la hora de asumir el compromiso y los pagos.
Este modelo cuenta con una amplia gama de normas en el registro inmobiliario para preservar las diferentes posibilidades de garantizar la inversión de las partes.
Una de las condiciones es que regula por un tiempo previamente establecido la posibilidad que la compra sea temporal, a los fines de probar las garantías y ofrecer la posibilidad de la compra progresiva, lo que incluye que las posibles dificultades económicas de los participantes no alteren la inversión total.
Tanto en Europa con en el Reino Unido es un modelo que se ha convertido en una de las inversiones más importantes para los grupos familiares en el estamento de turismo y vacaciones.
En algunos casos, se han generado modelos de financiamiento cuya administración no está en mano de bancos, con lo que el movimiento de este tipo de inversiones es variado y al alcance de la media de población con montos al alcance de un bolsillo medio superior.
El modelo, se parece al de alquiler con opción y preferencia de compras para el inquilino que ocupa la propiedad, pero no es aplicable al caso, ya que la ocupación de la vivienda es compartida, por lo que se denomina vivienda social.
No es un modelo fácil de colocar porque las propiedades tienen que cumplir necesidades con diferentes inquilinos, situación geográfica, servicios, entorno y cercanía con espacios de entretenimiento y necesidades que incluyan niños y mascotas.
No deja de ser una posibilidad frente a los desniveles de la crisis actual.